viernes, 21 de junio de 2013

Vicente Núñez...In memoriam:

Vicente Núñez, en la Biblioteca municipal
Dedicatoria en el libro de firmas de la Biblioteca





















DESPUÉS DE LA VENDIMIA
Te conocí una tarde después de la vendimia,
cuando los zagalejos salen a la rebusca
y las más tibias uvas se recargan de aroma
y de una miel violeta que persiguen los tábanos.
Ya no había en la viña trasiego de comportas
ni las mozas dejaban en el lagar sus risas,
y estaban las gayolas de un color ocre húmedo,
y las pámpanas mustias ciegamente mirando.
Pero en aquella tarde parecían tus ojos
más azules y claros por entre los eneldos,
y tu pelo más rubio que la paja del heno
sobre aquella nublada oscuridad del lago.
Estuvimos sentados trenzando las eneas
y se quedaba inmóvil nuestra mirada a veces,
y a veces nuestras manos desmayaban y torpes
se rozaban y luego se quedaban dormidas.
Yo te ofrecí granadas de encendida corteza
y membrillos que tienen una dulce pelusa,
y por la carretera te ofrecí los cristales
transparentes y hermosos que dan los curbariles.
Pero ahora ha crecido la tristeza, y el campo
es como un brazo seco que me duele y me llama:
y entonces me pregunto si merece la pena
que otra vez venga otoño y mueran las acacias,
que otra vez las gallinas en el cortijo escarben
sobre el estiércol tierno de tibio y dulce vaho,
si es posible que esta soledad no sea un sueño
y tu recuerdo una infinita tristeza
y las hojas que mueren unos dedos que cierran
mis ojos de silencio enteramente tristes.
Vicente Núñez (Los días terrestres (1957)

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